“Ira, Enojo y Frustración en un Suspiro:
Trastorno Explosivo Intermitente”
Por
Psic. César Sinuhé Gómez Sánchez.
Es de conocimiento y dominio público el aseverar que México convulsiona y experimenta los niveles más alto de violencia, agresión y virulencia interna en sus sociedades, donde los matices y tipos de agresión (Física, Psicológica, sexual, política, económica, simbólica, etc.) se estructuran en pilares solidos y abstractos que se ensamblan a los diversos engranes del funcionamiento de una sociedad en detrimento. Violencia que ha evolucionado en un perfeccionamiento que la eleva a caracterizarse como una “Violencia Naturalizada”, esto es, una violencia que es imperceptible, por su grado de repetición y aparición en la vida cotidiana de los individuos, en pocas palabras, se dice que la violencia ha tomado un matiz de lo común, de lo natural, lo cual la ha llevado a mimetizarse y observarse como algo “normal” en la sociedad. ¿Pero hasta que punto, esta violencia, tiene la cualidad potencializada de afectar e interiorizarse en los individuos que pertenecen a sociedades con tal característica?. La afectación se envía por una parte, a aspectos de tipo singular e individual de los sujetos, padecimientos emocionales y pertenecientes al campo de la salud mental, alguno de sus receptáculos.
Entre los padecimientos emocionales y psicológicos que se presentan en el individuo y que en la mayoría de los casos es imperceptible por la causa e influencia de una “violencia naturalizada” en la sociedad, es el “Trastorno Explosivo Intermitente”, perteneciente al bloque de trastornos mentales en el control de impulsos. Este padecimiento y malestar psíquico se presenta en el individuo por la “aparición de explosiones cortas y repetidas de ira, enojo y frustración, expresadas a través de violencia física o verbal, que resultan desproporcionadas con respecto a la magnitud de las causas y que conllevan una pérdida considerable del control y la conciencia”. Entendido como episodios repetidos en el individuo de comportamientos impulsivos, agresivos y violentos, mediante explosiones verbales y físicas de enojo, ira y frustración, en las que el portador reacciona bruscamente, mediante conductas agresivas incontroladas como: abuso doméstico, ruptura de objetos, gritos, peleas, etc. Reacciones que pueden durar en algunos casos hasta 30 mints.
Entre los síntomas del “trastorno Explosivo Intermitente” observamos: Agresión a personas (lesiones corporales), daños a propiedad, irritabilidad, impulsividad, hipersensibilidad del temperamento, aumento de la energía, pensamientos agresivos, hormigueo, temblores, palpitaciones, jadeo, opresión en el pecho, sensación de presión en cabeza, carencia de empatía, depresión, culpa, ira incontrolada, cansancio y satisfacción traducida en alivio.
Aunque las causas de este trastorno son desconocidas, se presume e intuye que puede ser originario por factores como: 1. medio ambiente (Violencia Social); 2. Genética, transmisión genética de padres a hijos; 3. Neurológica, desregulación de serotonina; 4. Enfermedades mentales, como depresión, ansiedad o abuso en la infancia. Derivando en complicaciones en el individuo como: Autolesiones, deterioro y perdida de las relaciones interpersonales de trabajo, pareja, escuela, familia, economía y proliferación de conflictos jurídicos y mentales. Es Posible… ¿Hablamos?.
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Ficha.
Titulo: “Ira, Enojo y Frustración en un Suspiro: Trastorno Explosivo Intermitente”
Autor: César Sinuhé Gómez.
Publicado: Diario "El Mundo" de Córdoba.
Fecha de Publicación: 08 - Abril - 2018
Región: Córdoba, Veracruz, México.
Medio: Impreso e Internet.
Público: General.
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